Al suicida le pertenece el recuerdo, es incapaz de superar aquello que lo aflige, sus recuerdos no paran de darle patadas en los riñones al futuro. En cambio, el converso esperanzado es quien ha olvidado, quien le gana la partida a la memoria. A priori podría parecernos que lo ideal es lograr este segundo camino, y siendo cierto que es infinitamente mejor, a veces no resulta del todo realista esta opción. La excesiva esperanza de la que todos nos hemos jactado en más de una ocasión no es más que un recurso estilístico del que ha sido derrotado y ve sanar poco a poco sus heridas, del que cree que la victoria definitivamente le pertenece y eso también es un error porque la victoria siempre es pasajera.
(texto extraído del prólogo que le hice a mi amigo César Ulla para su libro "Manual para suicidas conversos).
2 comentarios:
Hola! hace tiempo que te leo en muchos sitios, pero hoy justo he descubierto tu blog. Me encanta cómo escribes, y estoy deseando tener tu libro ^^ En serio, no sé como lo haces tan genial.
Te sigo para poder leerte cada día más,
un beso desde http://hoyvoyaescribirtesinningunmotivo.blogspot.com.es/
Sos mágico. Un pequeño gracias a ti en mi blog.
http://elii-itwaseasy.blogspot.com.es/
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