La explanada donde de pequeños
jugábamos mi hermano y yo
ahora es un aparcamiento.
A veces pienso que la vida es un poco eso.
Creces y los juegos vuelan
y también la explanada donde jugabas se va de tus ojos
empujada poco a poco,
-como si una maquina quitanieves
la cubriera de asfalto a su paso-
por otras edades que te llenan la mirada de cemento,
coches y responsabilidades.
Y es sólo eso, que a veces pienso
que la vida funciona así,
que se acabaron los juegos
y me gustaría que no fuera del todo cierto.
8 comentarios:
Y no lo es, compañero, no lo es,
la explanada dejó sitio al aparcamiento,
pero no borró tu recuerdo,
ni define cómo dibujas tu el mundo.
Revivirás la explanada
en medio de Gran Vía,
un festivo cualquiera.
Como siempre,
un placer leerte
Que no te importe si la explanada ahora es un aparcamiento, tan solo, que tú sigas jugando en cualquier parte. Un abrazo más
Antonio
El campo de fútbol de tierra y hierbas, donde jugábamos mi hermano y yo, es ahora un edificio de cuatro plantas que nos ha dejado no sólo a nosotros sin paraíso de juegos, sino a nuestros padres sin vistas desde el balcón. Y así veo yo la vida. Nosotros nos quedamos con la pelota, pero sin el campo y nuestros padres (nosotros dentro de veinte años) ven cada vez menos. Sorry por el pesimismo. Un abrazo.
Supongo que lo que pasa es que jugar a ser mayores no es tan divertido como cuando de niños lo soñábamos.
Sí, eso es la vida, hermano. hermoso poema.
Siempre he pensado que la mejor manera de crecer, y mantener vivo al niño que fuimos... pero es complicado, y más en estos tiempos...
a veces pienso que la vida nos tenia deparado este futuro ..
unos dias durmiendo en tu cama.. y otros no sabiendo a que maldito juego juegas sin mi ..
Vos querés jugar? ;-p jajaja
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