27 feb 2012

Abogadas

Hubo un tiempo en que el azar me llevó a hacer el amor con varias abogadas, Carla, Elisa, Silvia,... Me encantaba que me leyeran mis derechos sobre la alfombra, intentaba aprenderme el código civil de sus caderas, que el jurado de sus labios fallara a mi favor, que en las noches en que los lobos del pasado vinieran a juzgarme me ofrecieran un ombligo de oficio y me libraran por unas horas de mi condena. Guardo un gran recuerdo de aquellas noches. Ellas me sacaron del calabozo en el que sufren los chicos sin amor propio, sentaron a la melancolía en el banquillo y me prestaron su ternura descamisada para romperle en la cara a mi pasado aquella cruda sentencia del destino. Sé que no las correspondí, sé que el invierno fiscalizaba mis pasos y que ellas me defendían del frío y no supe agradecerlo. Ellas sabían lo que hacían. Hicieron su trabajo. Ahora hago yo el mío, que es escribir, dibujarlas, clavar su nombre en un poema de recuerdo. Ese es el oficio del poeta. Ese y recordarlas, aunque nunca se dieran cuenta, que quizá algún día se amaron una abogada y un triste poeta.



---------

Por cierto, este viernes 2 de marzo haré un recital junto al poeta Raúl Campoy en a las 22:00h en LOS DIABLOS AZULES (C/ Apodaca 6, MADRID - Metro: Tribunal) dentro del ciclo de poesía DELIRIUM TREMENS.

7 comentarios:

Marisa dijo...

Un "triste poeta" con un bufete de abogadas a su servicio, bueno, bufete o harem jurídico, a tenor de lo leído… ¡ay! Si San Raimundo levantara la cabeza, ¡ay! Señor, Señor llévame pronto…

Marwan dijo...

EL recital no sé hasta qué hora durará pero una hora y cuarto por lo menos y tampoco creo que empiece a las 22h puntual...sino unos 15 min más tarde. Besos

Xampi82 dijo...

Jajaja no tengo yo tantas condenas para un número importante de abogadas.

dsp dijo...

Precioso texto. Sos un gran poeta

Anónimo dijo...

INCREÍBLE el concierto de ayer!

Nos hiciste reír y llorar al mismo tiempo!
Muaaaaaaaaaa!

Rocío. dijo...

Marwan, he tenido que meditar durante diez minutos, delante de un teclado mudo, las palabras más idóneas para plasmar en este blog.
Mi conclusión, tras esta breve reflexión, es que no puedo entregarte mejor agradecimiento que el silencio.
El silencio que necesito para leer una y otra vez tus intensas palabras. Dicen que cuando lo que vas a decir no supera el silencio, es mejor quedarse callado. Y así lo he hecho hasta ahora, porque no encuentro palabras para describir la emoción que me provocan tus letras, ya sean escritas o acompañadas de música. Pero hoy me he visto en la necesidad de agradecerte la calma que le aportas a mi vida, en un perfecto equilibrio con el inconformismo y el arrojo para cumplir mis sueños.

Qué bonito tiene que sentir una persona que habla así de la vida.

Al fin y al cabo, escribir también es amar.

Una abogada.

Anónimo dijo...

El poeta y la triste abogada. El escapó como el preso huye de la càrcel sin avisar y dejando un corazón mal herido. Triste condena para una abogada q no sabia el delito cometido